domingo, 15 de septiembre de 2013

Benjamín Escoto






Introducción.
Ante los cambios relacionados con la globalización económica, la tendencia es reformar los sistemas educativos sobre la base de competencias reconocidas, es por ello que la Educación Basada en Competencias ha influido también en a la formación docente, toda vez que representa el medio principal para garantizar la formación de las personas que habrán de sustentar las nuevas formas de producción económica. Las habilidades que se requieren del docente del siglo XXI son muy diversas y complejas  es por eso que el termino competencias no tiene una definición en concreto donde todos coincidan con su definición pero aun así podemos decir sin errar que las competencias docentes son el conjunto de recursos, conocimientos, habilidades y actitudes; que requieren tener los docentes para resolver satisfactoriamente los problemas que presentan diariamente en su actividad profesional. La educación basada en competencias (EBC) nace de un interés fundamental: vincular el sector productivo con la escuela, especialmente con los niveles y modalidades que se abocan a la formación profesional y la preparación para el empleo Es por eso que en el día a día los docentes tienen que recibir una formación inicial acorde con las competencias que la profesión requiere, y el entorno de un mundo cambiante que exige de manera cada vez más con mayor fuerza que estén preparados para desarrollar dicha profesión. Las competencias docentes se manifestaran y construirán a lo largo de la carrera profesional, a partir de las diferentes situaciones cambiantes, de la evolución del propio docente, de su formación continua y del conocimiento que da la propia experiencia. La formación continua del docente serán fundamentales la actitud individual del maestro hacia la prueba y puesta en práctica de lo aprendido y el apoyo de las instituciones para fomentarla. El tema respecto a las competencias que un docente debe extender, es algo nuevo, aun así señalarlas, nos ayuda a dirigir nuestra actividad a la formación integral de nuestros alumnos y mejorar nuestra calidad educativa.






Las competencias de un docente del siglo XXI.

La relación entre maestro y alumno debe ser una relación liberadora, que se da cuando se comparten conocimientos y herramientas útiles y trascendentales para la vida; un maestro puede transmitir a sus alumnos el amor por la materia que imparte, el amor por la investigación, por el trabajo, por la riqueza de las relaciones de los demás, por la vida y sobre todo, por el descubrimiento y la construcción de sí mismo. Este aprendizaje se da en la relación interpersonal con los padres, en primer lugar, y en segundo término en la relación significativa y profunda con otros adultos y compañeros de escuela. Es aquí donde resulta fundamental el papel del auténtico maestro comprometido con una educación para la vida.

Se requiere una persona con mente reflexiva y experta, en alguna rama del conocimiento escolar, con un repertorio de teorías, estrategias, técnicas, instrumentos y actividades que pueden hacer de cualquier situación un momento apasionante de enseñanza y aprendizaje, tanto para el propio educador como para el alumno. (Ariel, 2002)

El perfil de los maestros que pueden lograr la transformación que nuestros tiempos demandan, exige un alto compromiso hacia ellos mismos y hacia la comunidad educativa, exige una opción de vida y una jerarquía de valores orientada a lo humano y a la construcción de un sociedad más justa, colaboradora y equitativa, con una opción por la paz, el respeto a la vida y a la diversidad y una opción por la superación permanente. El docente, deberá actualizar continuamente su propio papel para contribuir significativamente a lo más trascendente en el desarrollo personal y social de las nuevas generaciones, que bajo las circunstancias de hoy, están en constante aprendizaje. (Pereda Barrios, 2006)

El papel del maestro del siglo XXI es el de un agente de cambio que entiende, promueve, orienta y da sentido al cambio inevitable que nos transforma a todos. Lo que se pide de él es un compromiso con la superación personal, con el aprendizaje, con los alumnos, con la creación de una sociedad mejor y con la revolución educativa y social que se requiere urgentemente. Dado lo anterior, el docente debe ser:




Organizar y animar situaciones de aprendizaje.
Conocer, a través de una disciplina determinada, todo aquello que concierne a los contenidos que hay que enseñar y su traducción en objetivos en cuanto a aprendizaje se refiere. Trabajar a partir de las representaciones de los alumnos para desprender de allí todas aquellas circunstancias que nos mueven a trabajar a partir de los errores y los obstáculos en el aprendizaje. Construir y planificar investigación, en proyectos de conocimiento. (Perrenoud, 2004)

Gestionar la progresión de los aprendizajes:
Concebir y hacer frente a situaciones problema ajustadas al nivel y a las posibilidades de los alumnos. Adquirir una visión longitudinal de los objetivos de la enseñanza. Establecer vínculos con las teorías que sostienen las actividades de aprendizaje. Observar y evaluar los alumnos en situaciones de aprendizaje, según un enfoque formativo. . Establecer controles periódicos de competencias y tomar decisiones de progresión.

Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación
Hacer frente a la heterogeneidad en el mismo grupo-clase. Compartimentar, extender la gestión de clase a un espacio más amplio. Practicar un apoyo integrado, trabajar con los alumnos con grandes dificultades. Desarrollar la cooperación entre alumnos y ciertas formas simples de enseñanza mutua.

Implicar a los alumnos en sus aprendizajes y en su trabajo:
 Fomentar el deseo de aprender, explicitar la relación con el conocimiento, el sentido del trabajo escolar y desarrollar la capacidad de autoevaluación en el niño. Instituir y hacer funcionar un consejo de alumnos (consejo de clase o de escuela) y negociar con ellos varios tipos de reglas y de acuerdos. . Ofrecer actividades de formación opcionales, «a la carta». . Favorecer la definición de un proyecto personal del alumno.

Trabajar en equipo:
 Elaborar un proyecto de equipo, de representaciones comunes. . Impulsar un grupo de trabajo, dirigir reuniones. . Formar y renovar un equipo pedagógico. Afrontar y analizar conjuntamente situaciones complejas. Prácticas y problemas profesionales. Hacer frente a crisis o conflictos entre personas.


Participar en la gestión de la escuela
Elaborar, negociar un proyecto institucional o Administrar los recursos de la escuela. Coordinar, fomentar una escuela con todos los componentes (extraescolares, del barrio, asociaciones de padres, profesores de lengua y cultura de origen). Organizar y hacer evolucionar, en la misma escuela, la participación de los alumnos. Afrontar y analizar conjuntamente situaciones complejas. Prácticas y problemas profesionales. Hacer frente a crisis o conflictos entre personas

Participar en la gestión de la escuela
Elaborar, negociar un proyecto institucional o Administrar los recursos de la escuela.
Coordinar, fomentar una escuela con todos los componentes (extraescolares, del barrio, asociaciones de padres, profesores de lengua y cultura de origen). Organizar y hacer evolucionar, en la misma escuela, la participación de los alumnos.

Informar e implicar a los padres
 Favorecer reuniones informativas y de debate. Dirigir las reuniones. Implicar a los padres en la valorización de la construcción de los conocimientos.

Utilizar las nuevas tecnologías
Utilizar los programas de edición de documentos. Explotar los potenciales didácticos de programas en relación con los objetivos de los dominios de enseñanza. Comunicar a distancia a través de la telemática.> '" Utilizar los instrumentos multimedia en su enseñanza.

Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión.
Prevenir la violencia en la escuela o la ciudad. Luchar contra los prejuicios y las discriminaciones sexuales, étnicas y sociales. Participar en la creación de reglas de vida común referentes a la disciplina en la escuela, las sanciones, la apreciación de la conducta. Analizar la relación pedagógica, la autoridad, la comunicación en clase. Desarrollar el sentido de la responsabilidad, la solidaridad, el sentimiento de justicia.



Organizar la propia formación continua:
Saber explicitar sus prácticas. Establecer un control de competencias y un programa personal de formación continua propios. Negociar un proyecto de formación común con los compañeros (equipo, escuela, red). Implicarse en las tareas a nivel general de la enseñanza o del sistema educativo. Aceptar y participar en la formación de los compañeros.

Otras características que debe llenar el docente del siglo XXI son:

Un modelo de aprendiz:
Aprendiz de nuevas estrategias, técnicas, de nuevos enfoques y destrezas que propicia un mundo globalizado, competitivo y especializado características propias de la era del conocimiento.

Un líder moderno:
Que dirige, orienta, da sentido y fortalece el esfuerzo de sus alumnos, conduciéndolos a una sociedad con mayor libertad, con múltiples alternativas pero también cargada de incertidumbre en la cual como diría Heráclito: lo único permanente es el cambio

Un cuestionador e investigador:
Que enseñe a pensar, a descubrir, a formular, a buscar.

Un filósofo:
Amigo de la sabiduría y del conocimiento, buscador intelectual que adecue las teorías y modelos a una realidad concreta,

Un visionario,
Que construya proyectos futuros integrales que ubiquen y motiven el quehacer de los alumnos en este mundo, con una concepción de lo que es el ser humano, sus posibilidades y trascendencia,

Un formador
De las generaciones por venir, de las nuevas familias, comunidades, empresas e instituciones,

Un maestro de la vida
Que ponga en el centro de su vocación los valores humanos, solo así esta tendrá sentido y podrá recobrar el lugar social que le corresponde a lado de los transformadores y forjadores de la sociedad.

Lo anteriormente mencionado es inspiraciones y no se deberán descuidar algunos aspectos didácticos que con respecto a la función del docente y un modelo basado en competencias se sugiere consolidar. Aspectos como:

·         Lograr claridad en los objetivos de aprendizaje. Propiciar condiciones favorables para el logro de aprendizajes significativos.
·         Seleccionar y proponer estrategias diversas para lograr los objetivos.
·         Tomar en cuenta las dificultades que se presenten y ajustar los objetivos a las posibilidades reales del grupo.

La realidad que propone el siglo XXI exige al docente en el ejercicio de su función tales como:

1. Un cambio de actitud y la adquisición de nuevas competencias profesionales, atendiendo a la necesidad de cambio.

2. La aplicación práctica de la investigación-acción como elemento de mejora de la propia práctica profesional y de la innovación.

3. Trabajar en equipo, lo que exige nuevas destrezas sociales, y una nueva concepción del entorno educativo en donde se desenvuelve, de su sistema relacional, de valores y estructuras.

4. Redimensionar la existencia de otros grupos de interés (familia, medios, otros profesionales) con los que tiene que relacionarse.

5. La aplicación de las nuevas tecnologías que le permiten motivar, mejorar, replantear su labor docente en virtud de buscar nuevos estímulos que lo lleven a mejorarla. El docente de hoy, por las exigencias de su práctica, es un profesional que toma decisiones, flexible, libre de prejuicios (actitud de anteponerse y rectificar a tiempo), comprometido con su práctica porque reflexiona sobre la misma y le aporta elementos de mejora. (Pereda Barrios, 2006)

Al concebir al docente como un profesional, surgen nuevos retos ya que el desarrollo profesional tiene que ver con procesos de mejora de conocimientos, destrezas, competencias y actitudes. Desde un planteamiento más amplio, el desarrollo profesional, sería “un proceso para el desarrollo personal y profesional de los docentes dentro de un clima organizativo positivo y de apoyo que pretende la mejora en el aprendizaje de los alumnos y la autor renovación continua y responsable de los profesores y la escuela”. Las dimensiones implicadas en el desarrollo docente profesional se pueden concretar de la siguiente manera:

a) Desarrollo pedagógico: es la mejora de la enseñanza mediante actividades centradas en determinadas áreas del currículo o bien en destrezas instrucciones o de gestión de la clase.
b) Conocimiento y comprensión de sí mismo: dirigido a conseguir del profesor una imagen de sí equilibrada y auto-actualizada.
c) Desarrollo cognitivo: Se relaciona con la adquisición de conocimientos y mejora de las estrategias de procesamiento de la información por parte de los profesores.
d) Desarrollo teórico: se basa en la reflexión del profesor sobre su práctica docente.
e) Desarrollo profesional: que se logrará mediante la investigación
f) Desarrollo de la carrera: mediante la adopción de nuevos roles docentes. De acuerdo con lo anterior, conviene tener presente una visión evolutiva del desarrollo profesional (actitudes, percepciones, expectativas, satisfacciones, Preocupaciones) en la medida que ésta pueda justificar las variaciones de actuación, ya que a lo largo de su carrera, y como parte natural de la vida de una persona, el docente sufre cambios significativos en su comportamiento profesional (determinado por la propia biografía, el marco específico donde se desarrolla y el momento del ciclo de su carrera). Se considera que la labor del docente es multifacética y compleja, por lo que la formación de los profesores puede abarcar ámbitos de interés muy diversos, sin embargo lo que se debe resaltar en virtud de las necesidades del mundo de hoy es su papel de mediador entre el conocimiento y los procesos de aprendizaje de los estudiantes.
El reto de los docentes en el siglo XXI dadas las características del entorno actual (globalización, diversidad, creatividad, innovación, especialización), es convertirse en docentes estratégicos, capaces de anticiparse, descubrir, crear y adaptarse a las situaciones que se les presenten, no pretender seguir un programa de curso al pie de la letra o “adoptar” técnicas y recursos didácticos aplicados en otras experiencias.

Por otra parte la actividad docente y los procesos de formación del profesorado, deben plantearse con la intención de generar un conocimiento didáctico o saber integrador, que trascienda el análisis crítico y teórico para llegar a propuestas concretas y realizables que permitan una transformación positiva de esta profesión.



















Bibliografía

*    Ariel, P. J. (2002). Terminos de la Refoma a la Educacion. Toluca, Mexico.

*    Pereda Barrios, M. d. (2006). perfil del docente en el siglo XXI.

*    Perrenoud, P. (2004). Diez Nuevas Competencias Para Enseñar. Mexico, D.F.: GRAO DE Iirif.

 



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